La denominación de los Vinos de Oriente, ubicada en México, es una verdadera joya para los amantes del vino que desean explorar terruños desconocidos y cautivadores. Bajo la influencia de los variados climas de la región, el viñedo cuenta con una notable diversidad. El clima, principalmente semiárido, es templado por la altitud y se beneficia de las brisas oceánicas, creando un entorno único para la viticultura. Los suelos son diversos, desde suelos volcánicos ricos en minerales hasta tierras arcillo-calcáreas, ofreciendo una complejidad aromática a cada cepa cultivada.

Los productores de Oriente se distinguen por un enfoque orientado a la innovación al tiempo que respetan las tradiciones ancestrales. Esto se traduce en la producción de vinos con perfiles gustativos variados, desde vinos blancos frescos y minerales hasta tintos llenos de carácter y profundidad. Las cepas emblemáticas incluyen el Chardonnay y el Chenin para los blancos, así como el Tempranillo y la Syrah para los tintos.

Ideal para aquellos que buscan enriquecer su bodega con sabores exóticos y nuevos, los vinos de Oriente ofrecen una experiencia sensorial única. Esta región está emergiendo rápidamente como un destino vitivinícola indiscutible, prometiendo calidad y originalidad en cada botella.